Justo cuando el Partido Demócrata estaba asegurando la pasada noche, a su nominado durante las primarias de South Dakota y Montana, el Primer Ministro Israelí Ehud Olmert estaba pronunciando un discurso en la cena del AIPAC, “American Israel Public Affairs Commitee” (Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel: Es un Lobby Pro-Israel de EEUU, (N. de la T.) en Washington, con posiblemente similares consecuencias sobre el futuro de la política exterior de América. En medio de una conferencia que ha estado inmersa en la cuestión de como tratar la amenaza oculta que presenta Irán, Olmert animó a sancionar a Irán y a las naciones que refinan gasolina para Irán, e hizo un llamamiento a las naciones para que dejen claro que los negocios Iraníes no son bienvenidos dentro de sus fronteras. Él se basó en la premisa de que Irán es el “mayor exportador de terrorismo” del mundo, y que su “desafío a las resoluciones internacionales y sus continuas tácticas de engaño y negación, no dejan dudas de la necesidad urgente de tomar medidas más drásticas y robustas”

Esto ocurre el mismo día en que el diario Israelí Ha’aretz informó que Olmert “tratará de convencer a Bush de dejar a un lado el Cálculo de la inteligencia nacional sobre el programa nuclear de Irán en favor de los datos presentados por Israel, y determinar la política de administración sobre Irán, de acuerdo con dichos datos”.

Con John McCain y Condoleezza Rice a los lados, tomando las mismas posiciones hostiles sobre Irán en la conferencia, Olmert ha conseguido hacerse con el público en un esfuerzo para convencer a Bush de que algo debe hacerse inmediatamente con Irán, a pesar de las acusaciones de corrupción, e incluso la amenaza de perder su puesto, a los que se enfrenta en su país.

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Traducción: amdelmar, IMEMC

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