Según un nuevo informe de las Naciones Unidas para el servicio de información (IRIN), una comunidad de pastores palestinos compuesto por 272 personas de 37 familias fueron obligadas a abandonar sus tierras en la aldea Khirbet Qassa por los militares israelÃes hace ya varias semanas, y en la actualidad estan deambulando por la zona. Sin tener un lugar donde ir.
‘Lo mejor de Khirbet Qassa era la tierra de pastoreo. Teniamos espacios abiertos. Ahora hemos pasado a depender de otras personas y de sus tierras’, dijo Abdel Halim Nattah, un pastor del sur de la Ribera Occidental.
Varias semanas antes, él y sus vecinos, 37 familias formadas por 272 personas, fueron evacuadas por los militares israelÃes desde Qassa y le dijeron que tenian que encontrar un nuevo hogar en otro lugar.
Cuando se pidio explicaciones de lo ocurrido a la Administración Civil de Israel esta dijo que estavan viviendo en un sitio arqueológico, con los auspicios, y que los pobladores ya habian recibido advertencias sobre la inminente evacuación.
‘Llegaron a las 7:30 de la mañana’, dijo a IRIN un habitante. ‘Enviamos fuera a las mujeres, a los niños y a las ovejas. dijo un anciano con los soldados diciendo ‘os vamos a sacar nosotros mismos’. Nos dieron hasta el dia siguiente por la tarde, y dijo que nadie deberÃa estar allà entonces sino serÃa detenido y sus bienes serian cofiscados.’
Cuando los habitantes de la aldea les dijeron a los soldados que no tenÃan dónde ir, la respuesta de estos fue: ‘Eso no es nuestro problema. Se trata de tierras del Estado.’
Algunos aldeanos de Qassa señalaron que una causa del desalojo podrÃa ser que se encuentra entre la frontera de Israel, de antes del 1967, y la Linea Verde.
Para la mayorÃa de los habitantes de Khirbet Qassa, esta no era la primera vez que su familia se habÃa trasladado la fuerza, ya que 29 de las 37 familias de refugiados según datos registrados por la UNRWA, el organismo de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos. Los miembros más ancianos de estas familias llegaron a Qassa de Jubrin Beit, en lo que ahora es Israel, durante la guerra árabe-israelà del 1948.
‘Tenemos que volver a empezar de nuevo en el invierno de 2007 y esto no es fácil’, dijo Abdel Halim de 63 años.
‘Hemos tenido comida para alimentar a nuestro ganado ovino durante un año, pero de repente se ha ido. Es un shock’, dijo a IRIN Al Aghberiya Khaled, de 37 años de edad, padre de cinco hijos.
Cuando el ejército israelà entró a finales de octubre para ‘trasladar’ a los aldeanos, muchas de sus pertenencias, incluyendo 240 toneladas de forraje, 180 dispositivos de alimentación y varios tanques de agua fueron destruidos.
‘El forraje es el principal problema. Ya que compramos mucho y lo hemos perdido todo. Y ahora tendremos que vender algunas de nuestras ovejas para reemplazarlo’, dijo Khaled. Con el aumento del costo de los forrajes, la carga económica será amplia.
Encarimiento del agua
Por el momento, los organismos de ayuda tales como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y Acción contra el Hambre han proporcionado agua y tanques, pero en su momento tendrán que comprar el agua, algo que rara vez ocurrió en el pasado.
‘La comunidad ha estado en esa tierra desde 1948 y son totalmente dependientes de los recursos de tierra y agua’, dijo Manuel Bessler, jefe de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios en los territorios palestinos ocupados. ‘Después de haber sido trasladados, aumentarà la pobreza y las condiciones de vida se volveran más difÃciles, ya que no tendran fuentes alternativas para poder ganarse la vida con excepción de la ganaderÃa.’
Después de sus expulsiones, la mayorÃa de los aldeanos fueron a los alrededores, a Idhna aldea donde tienen amigos y familiares.
‘Este es mi hogar por ahora. Todos nosotros, 29 personas, dormiremos esta noche aquÃ’, dijo Abdel Halim, de pie dentro de un patio que accede a un edificio que esta construido utilizando una tabla de madera que va a través de lo que un dÃa sera el marco de una ventana. Todos los demás abrÃan agujeros cubiertos por plástico, y la única fuente de calor es una parrilla de carbón.
Hizo hincapié en los niños
El impacto de la fuerza utilizada durante el traslado ha afectado a muchos niños.
‘Mi hija, que tiene nueve años, se despierta de repente en la mitad de la noche. Y mis otros hijos empezaron a mojar su cama’, dijo un padre preocupado. Su esposa, embarazada de tres meses en el momento de la expulsión, aborto al dÃa siguiente, dijo.
Para unos pastores orgullosos, tener que pedir ayuda no es una tarea fácil. ‘Desde 1948 nunca hemos pedido nada de ningun organismo [Ayuda de las Naciones Unidas]. Pero ahora necesitamos su ayuda’, dijo Khaled.
‘Pero no queremos su caridad. Dénos programas de creación de empleo. Si tenemos vamos a vender nuestro ganado ovino y contribuir a la financiación de programas de educación. Nosotros nos aseguraremos de que se convierta en una fuente sostenible de ingresos ‘ dijo, le preocupa el hecho de que tanto a él como a sus compañeros, los pastores, nunca puedan encontrar otra zona de pastoreo adecuado para volver a llamar casa.
Traducción, Mereia, IMEMC