En medio de una gran incertidumbre, el alto el fuego negociado por los egipcios entró en efecto esta mañana entre Hamas e Israel. Bajo la tregua, Hamas ha aceptado parar el lanzamiento de cohetes Qassam contra los territorios Israelíes vecinos, a cambio del incentivo de un plan que comienza con el cese de las acciones militares de Israel y que podría dar como resultado el aliviar el bloqueo así como la posible reapertura del cruce de Rafah entre Gaza a Israel.

En un intento de mantener la calma, Hamas se ha avenido a retirar sus combatientes de la frontera, así como al ejército Israelí se le ha ordenado que muestre la máxima moderación. Sin embargo, incluso con dichas medidas, el principio ha sido inestable, ya que las normas de compromiso para las fuerzas Israelíes no quedan demasiado claras, excepto que si se les dispara, ellos pueden responder. Del otro lado, las numerosas facciones Palestinas han acordado todas ellas cumplir la tregua, ya que el jefe de la oficina política y de seguridad del Ministerio de Defensa Israelí Amos Gilad dejó claro que “si un solo cohete Qassam es lanzado por una pequeña facción, eso será una violación fundamental del acuerdo”.

Mientras ambos lados se toman un respiro muy necesario del conflicto, todavía hay descontento entre los Israelíes ya que el alto el fuego no pone condiciones para el regreso del soldado capturado Gilad Shalit’. Además el trato está lejos de ser el plan “calma por calma” que fue propuesto inicialmente. Muchos temen que un levantamiento parcial del bloqueo pueda llevar a que Hamas se rearme, al permitir los suministros que se necesitan desesperadamente en la región, así como que pudiera ser una puerta abierta para el contrabando de armas, a menos que como tercera parte, los Europeos monitorizaran la frontera.

Sin embargo, en medio de todas estas preocupaciones, todavía existe la esperanza de que la tregua dure. El Secretario General de las NNUU, Ban Ki-moon anunció que el acuerdo ayudaría a aliviar la actual crisis humanitaria en la Franja de Gaza, además de ayudar a encaminarse hacia la seguridad mutua. Para los residentes que viven en medio del conflicto en ambos lados, es un bienvenido descanso de la violencia generalizada que ha llegado a caracterizar sus vidas cotidianas.

Traducción: amdelmar, IMEMC