En el segundo incidente parecido desde la invasión de 2006, dos proyectiles lanzados desde LÃbano tocaron Israel el lunes por la noche, las noticias fueron primera plana comprensiblemente en Israel, y publicadas como sucesos mayores en los noticieros de las grandes cadenas occidentales tales como la CNN o la BBC, produciéndose justo antes de que el presidente Bush comience su tour por Oriente Medio.No obstante, completamente obviado, o publicado en el mejor de los casos como un pequeño detalle, estuvo el hecho que las tensiones fronterizas entre LÃbano y Israel ya habÃan sido atizadas el lunes con el secuestro israelà de un pastor libanés.
El Primer Ministro de LÃbano Siniora condenó el secuestro como un acto de “agresión†asà como “una clara violación de la soberanÃa del LÃbano y una provocación inaceptableâ€. Autoridades libanesas contradijeron el reclamo israelà de que el pastor habÃa cruzado la frontera hacia tierras israelÃes, a través de una fuente que informó al AFP que soldados israelÃes hicieron una incursión antes de encontrar al pastor pasturando a sus cabras.
El hombre fue posteriormente liberado el martes, pero estas noticias selectivas recuerdan los eventos del verano de 2006. Entonces a un asalto de Hezbollah que acabó con la muerte y captura de soldados israelÃes le sucedió un bombardeo a gran escala y una invasión del ejército israelÃ, contraatacado con algunas dianas de Hezbollah en el norte de Israel.
El asalto de Hezbollah, ampliamente presentada como la injustificada chispa que provocó el conflicto, fue descontextualizada de las regulares violaciones de la soberanÃa libanesa en forma de vuelos y operaciones de cruces de frontera. Por ejemplo, unos 5 meses antes de la guerra, tropas israelÃes cruzaron la frontera y mataron a un pastor adolescente libanés.
TÃpicamente, las Fuerzas provisionales de las Naciones Unidas en LÃbano (UNIFIL) fueron forzadas a refutar los reclamos iniciales de Israel de que el chico fue disparado después de cruzar la frontera.
A la vez que Israel chocaba con Hezbollah en el norte, el ejército israelà estaba infligiendo duras bajas en la franja de Gaza, una operación que comenzó después de que el soldado israelà Gilad Shalid fuera capturado en una operación por activistas palestinos el 26 de junio. De nuevo, este incidente -considerado por Israel suficientemente grave como para justificar ataques que mataron a cientos y destruyeron infraestructura civil vital- tuvo lugar dos dÃas después de que soldados israelÃes invadieron la franja de Gaza y detuvieron a dos palestinos. Este cruce de frontera, sin embargo, no fue de interés periodÃstico.
En el caso de los palestinos, quizás sea la rutina natural de los secuestros israelÃes lo que hace que sean tan poco divulgados. En efecto, un estudio reciente realizado por un grupo israelà de defensa de los derechos humanos estima que 150.000 palestinos han sido procesados por tribunales de guerra desde 1990 (de media son 700 al mes durante 18 años).
Pero aquà está sucediendo algo de una importancia aún mayor. Éste tipo de distorsión por omisión ayuda a crear los discursos que distinguen entre la justificada violencia israelà y la ilegÃtima violencia de un enemigo irracional con el que no puedes negociar, sólo destruir. Por coger prestada una frase a la administración Bush, esto también crea el marco para la próxima ocasión que Israel considere una oportunidad estratégica para “crear su propia realidadâ€, a expensas de vidas árabes y la estabilidad regional.
Traducción, Juicy Lucy, IMEMC